Soliloquio

Mexicano

¿Qué es el sonido?

Por José Daniel Guerrero Gálvez

Doy vueltas, vueltas al asunto y no sé que escribir sobre el sonido. ¿Qué es el sonido?

Corro a mi computadora y abro el sitio de la Real Academia Española. El diccionario me ayudará.

Tecleo rápidamente: www.rae.es y luego doy “Enter”. Inmediatamente aparece el sitio web de la RAE, tecleo “sonido”… cinco  acepciones. Leo con cuidado.

Primera acepción: «Sensación producida en el órgano del oído por el movimiento vibratorio de los cuerpos, transmitido por un medio elástico, como el aire».

Me recargo en mi asiento, pienso… sigo pensando. Sensación, sentido, oído, movimiento, cuerpo, transmisión… Interesante.

Segunda acepción: «Significación y valor literal que tienen en sí las palabras».

Suspiro. Significado, valor, palabras… Me inclino sobre la computadora, otro suspiro. Palabras.

Tercera acepción: «Noticia, fama».

Chisme. Sonrío burlonamente.

Cuarta acepción: «Vibración mecánica transmitida por un medio elástico».

Física, en mi mente recuerdo mis clases. Absorto, me dejo llevar por los recuerdos de juventud. Dejo de pensar en el sonido.

Quinta acepción: «Realización oral de un fonema, constituida por rasgos pertinentes y no pertinentes».

¿A qué se referirá con “rasgos pertinentes y no pertinentes”? Algo así como oportunos o no oportunos o bien, a propósito o con propósito; tal vez como el albur.

Sigo pensando… ya me cansé. Tengo hambre. Esto de pensar y escribir acerca del sonido es difícil.

Me levanto. Comienzo a lavar los trastos mientras pienso: fonema se relaciona con palabra, vibración con sensación. Aspectos inminentemente técnicos pero mantienen una correspondencia. Ya terminé de lavar los vasos y sigo con los platos.

Una categoría superior: Palabra, sensación.

Regreso a una categoría inferior: sentido, movimiento, cuerpo, transmisión, significación…

No recuerdo, el resto. Dejo el plato, el penúltimo para enjuagar. Regreso a la computadora. ¡Ah, sí! Significado, valor, palabras. La última está en una categoría superior. Regreso a los platos abandonados.

Relaciono: oído con vibración; movimiento con mecánica pero también con sentido, tal vez con significado; cuerpo con oído y con mecánica y; transmisión con movimiento y mecánica. Ya terminé con los platos, siguen los cubiertos.

Me falta algo. ¡Ah, sí! El chisme, de nuevo la risa burlona. Chisme con sentido y significado. De nuevo sonrío con burla y en ese mismo momento el hambre me distrae.

Ya no pienso nada, mi mente se concentra en vasos, platos, cubiertos y cacerolas.

Terminé de lavar los trastos, algunos la conocen como loza aunque  he escuchado referirse a ellos también como trastes… qué mas da, ya terminé. Odio lavar trastos.

Me siento ante la computadora. ¿Dónde estaba? ¡Ah, sí! Categorías superiores después de un poco de heurística: palabra, sensación, sentido, significado, movimiento y valor. Me detengo, pienso; de nuevo el hambre. Dejo un rato la computadora, me dedico a barrer y trapear la casa.

Mientras lo hago, en mi cabeza desfilan cada una de las categorizaciones que planteé. Conexiones, conexiones, conexiones; no las encuentro. Ha de ser el hambre.

homem pensativo - thinking men

Descubro algo, las categorías inferiores condicionan las superiores. Ahora, pensar holísticamente. Descubro conexiones, por fin. Comienzo a pensar en una definición argumentativa. Su redacción:

El sonido además de ser un fenómeno físico que se genera por las vibraciones de los objetos a través de medios que ayudan a su propagación; es también, una sensación que proyecta un significado, un sentido y un valor determinado manifestado de diversas maneras dependiendo el contexto y la forma de expresión. Un sonido no es el significado en sí mismo; los seres vivos interpretan ese significado cuando reciben el sonido.

Ahora, ya definido, ¿bajo qué contexto se le relacionará?

Me recargo en mi asiento y comienzo a pensar… de nuevo.

2 comentarios en “Soliloquio

  1. Sin tristeza Jonathan; el proceso de pensar es infinito. No termina, así como esta historia. Como la vida, continúa en un proceso que sólo termina cuando se extingue la fuerza vital. Así que el final no existe y sólo queda el proceso, el cual hay que cultivar.

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