Eusebio Ruvalcaba: Hasta el último día de mi vida intentaré conquistar a la mujer prohibida

Por Erick Pérez

  Siempre he tenido miedo de hablarle a las mujeres. Me siento acorralado cuando no son lo que espero. Me gustaría tener algo que les atrajera, un gusto o compartir un servicio. Si pienso que la mayoría de las mujeres que leen me gustan, tengo diversas posibilidades de perder el mismo libro.

 El primer libro que releí fue Un hilito de sangre y que he perdido cuatro veces. Diversas mujeres se han quedado con ese libro, tres de ellas con el libro dedicado. Cuando busqué al autor tenía veinte años y apenas si le pude decir: -está bien chido.

 Eusebio Ruvalcaba miró a mi novia y prefirió dedicarle el libro a ella, se lo tuve que regalar. Conseguí entrevistarlo en un bar cerca de Tlalpan, el vino fluía al igual que las preguntas. Tuvimos que cambiar a las jaliscienses y conversar con las dueñas del mundo: las piernas de una mujer. Terminé sin cel y sin entrevista.

 Una semana después, bebiendo vino disfrazado por Sidral, se repitió la entrevista. Me hubiera gustado ser un buen reportero y guardar el audio en diferentes lados y no sólo en el cel. Perdí unas respuestas que valen la amistad entablada. Conocí a su grupo en el taller de Casa Juan, a Mariana y la coincidencia de que a la salida de otro bar, nos hayan gustado las mismas nalgas.

 ¿Para qué le escribe a las mujeres?

Básicamente para conquistarlas, para abrir un camino en su corazón, para provocar una reacción vaginal.

¿Para qué sirve la poesía?

Para conocerse a uno mismo, para adentrarse en la complejidad  interna y para ponerse a prueba porque la poesía exige una economía de medios que se van reduciendo hasta que no queda mas que la esencia.

¿Si se es bueno en el sexo y no en la escritura, qué se puede hacer?

Dejar de escribir. Dejar de coger nunca puedes, pero dejar de escribir sí se puede. Es muy complicado ponerse uno mismo en competencia: saber si uno es mejor en la cama que en la escritura. Si entra esa especie de encrucijada no está uno en el camino correcto.

¿Qué líneas le han dolido más?

Las líneas que hablan sobre la ausencia de mi padre. Las líneas que hablan sobre mis carencias, mis fracasos, las líneas que hablan sobre el dolor del prójimo que es hablar sobre mi dolor propio. Las líneas que hablan sobre la desilusión amorosa, las líneas que hablan sobre el abandono de una mujer a la que uno ama o que engañó, esas son las líneas más terribles y que se debe poner el escritor porque de eso está hecha la escritura: de lo trágico.

¿El último concierto al que fue y que le haya gustado mucho?

Fui a uno hace dos meses, a un concierto privado en la casa de un pianista que se llama Luís y tocó un concierto de música de cámara; él al piano y el maestro Carlos Santos al oboe. Suena muy hermosa esa dotación y me gustó mucho. Éramos treinta personas.

¿Y cuándo fue la última vez en un concierto masivo o  un concierto de rock?

Nunca en mi fucking vida he ido a un concierto de rock. Nunca. No sé lo que significa hacer fila para ir a un concierto.

Si la música fuera la única forma de unir a un país ¿qué rola debería ser universal?
Creo que una que provoque una onda de satisfacción, una profunda satisfacción espiritual y estética y que lo obligue a pensar y son muy contadas porque algunas nada más te revientan superchido pero no piensas, gozas. Unas están cargadas de un mensaje tan panfletario que son detestables, yo creo que una canción como let it be si cumpliría eso, es como un himno universal.

¿Ella arriba o ella abajo?

Naturalmente que las dos posiciones son bienvenidas. pero tiene sus implicaciones y sus riesgos porque aunque la mujer no tenga pene normal, es decir, sabemos que es un penecito –clítoris- pero cuando ella está arriba, la neta es la que coge, la que te coge es ella, la que está gozando con la mariconeria que los hombres tenemos, y nosotros estamos gozando, estamos extrapolarizando o capitalizando nuestra dosis de mujer que tenemos, nos recuerda mucha a nuestra madre por las tetas que están fecundas sobre nosotros para que las mamemos, eso debe tener algo súper chingón porque de ahí viene la vida, de ahí viene la leche que les regresamos, entonces, hay una dicotomía ahí, es padrísima, muy cachonda. Cuando nosotros estamos arriba somos los machos bravíos que vinimos al mundo a partir a una mujer en dos. Creo que tienen más secretos, ellas arriba.

¿A qué hora escribe?

Nunca he tenido un tiempo establecido para la escritura, aunque sé que muchos escritores lo hacen pero yo no. Por regla general en las mañanas acomodo mis tiempos para concentrarme y para no dispersarme o distraerme. Tengo un estudio, una guardilla, un desván, un closet y ahí trabajo cómodamente, lo rento, no tengo teléfono, no tengo computadora, no tengo Internet, nada que me distraiga, tengo alcohol, música y una cama por si se ofrece un palito o una siesta.

¿Me sorprendieron los diminutivos en su primera novela, leo que aún usa los diminutivos, de dónde viene esa tradición?

Cuando yo escribí esa novela había partes donde aparecen los diminutivos porque el chavo quería expresarse, yo nunca había oído esos diminutivos y me gustó mucho como se podían armar las palabras, una mesa podía ser una misérrima, entonces me gustó mucho ese camino. De ahí me empezó a asediar escribir esos diminutivos porque se ajustaban a la necesidad del personaje por expresarse.

¿Qué rola tocaría con su hijo Alonso?

El primer movimiento de la tercera sonata de Brahams para violín y piano.

¿Una poeta, una escritora o una novelista?

Primero una mujer.  Si tiene el defecto de escribir me da lo mismo, pero yo andaría, he andado alguna vez con mujeres que escriben y siempre les corto las alas cuando me dicen: te puedo leer un poema que acabo de escribir o un capitulo, pero nel, yo paso. Se contamina la cama con esas cosas.

¿Sirven los talleres de escritura?
Si sirven, fundamentalmente para bajarles los humos a los jóvenes cuando vienen cargados de insolencia, hace falta confrontarlos y que vean que el mundo está girando y no se ha detenido para darle la bienvenida a la escritura. Es la principal ganancia y hablando ya en un plano mas generalizado a mi me sirve mucho hablar con jóvenes y a veces no tan jóvenes porque yo aprendo mucho, aprendo mas leyendo a escritores inéditos que leyendo a escritores consagrados por la fama.

¿Qué piensa de los premios literarios?

Un premio literario es el resultado de un error, no me imagino a Dostoievski preocupado por un premio literario. Provocan en el escritor que se acomode a los lineamientos de los premios, es increíble esto, pero hay escritores que encuentran el modo de ganar premios, seducen al jurado, aunque no sepan quién es.  Hay un estilo para los premiados, en la narrativa y en la poesía hay une estilo clarísimo, en el cuento.

Saben cómo hacerle para llevarse el premio.  Nunca son escritores donde encontremos el desastre de vivir, siempre tienen otras características. El lenguaje lo adaptan perfectamente y el  jurado siempre tiene lineamientos por parte de la editorial, de decir: premien al que cumpla determinadas reglas tácitas, que no están escritas en ningún lado. Es un arma de dos filos, hay que estar preparados con la cabeza para entrarle a un premio.

 ¿Cuándo decide escribir?

Después de la muerte de mi padre, después de que le fui infiel a mi primera esposa con una amiga de ella y de que yo la amé y fue un amor increíble pero siempre trastornado por la moral, por la ética, porque a ella le afectaba mucho.

¿Mujeres mayores o menores?

Actualmente prefiero las mujeres menores que yo, entre menores mejor, entre los 20 o 30, súper chido, cuando era joven me gustaban las mujeres mayores porque aprendía mucho de ellas pero a mis 60 tendría que andar con una de 70 u “ochentaytantos” pero ya no se me antoja el cuerpo de una mujer así, por regla general me gustan los cuerpos bien hechos.

¿Me enamoré y se jodieron mis letras, qué debo hacer?

La mujer imbuye en lo que uno escribe, de esa palabra que se llama amor, entonces uno escribe con la idea arrogante de pernear aquellas líneas de este sentimiento amoroso y hecha a perder uno todo porque las líneas no sirven para eso, están destinadas a una mujer determinada y todo se hecha a perder porque se vuelve uno complaciente y eso es lo que hay que evitar.

¿Habrá otra forma de enamorar a las mujeres sino es con las palabras?

Claro, con el dinero.

¿Si le hubiera podido escribir a su madre, qué sería?

Sería una carta donde le agradecería que me trajera al mundo y donde le arrojaría una maldición por haberme traído al mundo.

¿Le tiene miedo a la soledad?

Tan le tengo miedo que la atraigo, a lo largo de mi vida he pasado periodos de soledad devastadores y me han enriquecido muchísimo pero a la vez me dejan muy madreado.

¿Aún intenta conquistar a las mujeres?

Hasta el último día de mi vida intentaré conquistar a la mujer prohibida. Desgraciadamente mi madre ya falleció pero era la mujer más prohibida del mundo.

Al escribir ¿cuándo se sabe que va por buen camino?

Cuando te tiembla la mano sabes que vas por buen camino y que no lo podrás resolver jamás.

¿Una mexicana o una extranjera?
Una mexicana siempre porque con la extranjera es como si te masturbaras, no es una experiencia humana, es una experiencia de calentura. El carácter de la mujer mexicana es tan hermoso que te enamoras; de la misma medida de sus pelitos que de sus palabras.

¿Suele caminar o prefiere el encierro?

Prefiero el encierro pero suelo caminar mucho con mi perro, platico enormemente con mi perro, el encierro me da la capacidad de hallarme.

¿Se sufre al no escribir poesía?

Para quien experimenta en la poesía una suerte de videncia profunda se sufre cuando la poesía lo abandona

¿A quién lee ahora?

Básicamente leo a tres diferentes sectores: a los norteamericanos del siglo 20, a los Rusos del siglo 19 y a los inéditos que ponen en mis manos las novelas, ahora mismo te puedo mostrar una que traigo de un chico que me la mandó de Guanajuato. Leo a jóvenes que no tengan esta pretensión de sentirse las maravillas del mundo

¿Que le duelen a usted ahora?

Cosas que me hacen pensar en la vida como un episodio transitoria, la vida es un episodio en la vida de una persona, me provoca una profunda melancolía verme de niño correteando en los jardines, jugando solito, ocultándome bajo los árboles, solito, como si me viniera persiguiendo los pieles rojas. Todo eso, volteo y digo, dónde quedó Eusebio -en el corazón- pero me provoca una nostalgia tan fuerte y una melancolía inabarcable que me desborda.

¿Mariana con m. Cuándo se le debe dejar de escribirle a una mujer?

Cuando esa mujer te da todo: inteligencia, corazón, sexo, comida. Cuando complace tus caprichos es cuando una mujer se merece un libro.

¿Qué le parece el tuiter?

Lo utilizo para complacer mi vanidad, pero en ciento cuarenta debo escribir un aforismo o una receta amorosa. Siempre me salen sobrando caracteres.

¿Qué proyecto tiene ahora?

Ninguno que valga la pena.

¿Cómo se llama la nueva novela?

Todos tenemos pensamientos asesinos

¿y de que va?
un momento épico en la vida de una persona.

3 comentarios en “Eusebio Ruvalcaba: Hasta el último día de mi vida intentaré conquistar a la mujer prohibida

  1. Pingback: Índice #39 Fobias « Kya!

  2. En la mosca me divertía mucho, hace mucho que no leo algo así. Me gustan las preguntas. Ya soy lectora de kya! felicidades.

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