Diálogo entre culturas


Jorge González Camarena. La fusión de dos culturas. Acrílico sobre tela. 1963.

Por José Daniel Guerrero Gálvez (Oquitzin Azcatl)

josedanielkya@gmail.com

Nuestro Mundo está en peligro, todos los días, a toda hora, en cada instante. Ese peligro proviene de nuestra capacidad de diálogo dependiendo del nivel que tengan los participantes y su habilidad de reconocer a uno mismo o al otro; eso, muchos lo definen como tolerancia para determinar cierto grado de aceptación hacia ideas, posturas o estados, pero no es suficiente, requiere de algo más, de una aceptación total con la consecuente eliminación de estereotipos que derivan en prejuicios y después en discriminación.

¿Cómo lograr esta eliminación? De inicio, no es nada sencillo, pues implica cultivarse; es decir, educarse, conocerse y dominarse a uno mismo (Nicol, 1989; 453-459). En particular, educarse es la forma de adquisición de la cultura, ese “conjunto de las facultades y habilidades puramente instintivas de que dispone un grupo de hombres para mantenerse vivo singular y colectivamente (Abbagnano y Visalberghi, 1964; 6), o de forma general si se prefiere, “… de modos de vida, costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social…” (DRAE, 2001). Tal educación, en la forma de educado, es requerida para lograr esa aceptación total de otras formas de ser, de otros modos de vida y que no es incondicional, necesita de ajustes que sólo el diálogo, sea oral o escrito, logra en la búsqueda de conformidad y unión que requieren las culturas y sus miembros.

La cultura está presente en cada uno de los objetos de una sociedad y acercarse a cualquiera implica una diversidad de caminos que también afecta a la propia porque no es posible entender otras culturas sino se entiende a la que uno pertenece. Estos objetos culturales son físicos y se le atribuyen una significación y sentido en las sociedades a las que pertenecen; son muy variados, dos de estos, vinculados con las formas de diálogo, son el mito y la leyenda. Como narraciones de sucesos, son la memoria de una sociedad que trasciende a pueblos y civilizaciones pues mientras el mito es una narración atemporal con personajes divinos y heroicos que permiten construir cosmogonías; la leyenda relata sucesos de índole más tradicional que transmiten de generación a generación noticias, ritos, costumbres, modos de vida, doctrinas, entre otras cosas. Ambos objetos, se han valido de la oralidad y la escritura como tecnologías de la palabra (Ong, 1987), para llegar a nuestros días y son capaces de describirnos en la atemporalidad, las culturas humanas y su desarrollo.

Qué práctico es acercarse a las culturas a través de sus mitos y leyendas, como turista en su verdadera dimensión es con lo primero que uno se encuentra pero, no basta conocerlos, ni entenderlos; es requisito indispensable comprender nuestra propia cultura para lograr un entendimiento, una aceptación total y recíproca. El diálogo entre culturas no es unidireccional porque entonces no sería diálogo sino dominación, aspecto que en la actualidad es peligroso para nuestras sociedades cuando se caracterizan como pluriculturales y con una inmensidad de objetos culturales otorgados por derecho de antigüedad; por eso nuestro Mundo está en peligro.

Ejemplos, hay muchos; cercanos, nuestro propio continente: América. Divida en tres partes (mestizos, indígenas y afroamericanos), el diálogo de estas culturas siempre se ha caracterizado por la dominación principalmente de la cultura occidental perteneciente a la población mestiza en detrimento de las otras dos provocando que estos mitos y leyendas, y otros objetos, provenientes de estas culturas no se conviertan en un medio de acercamiento a través del diálogo sino en un folclore (folclor, folklore o folklor), no pensado en su esencia sino en su perversión economicista, como mercancía.

El diálogo entre culturas es responsabilidad de sus miembros. El ser humano de hoy ya no puede permanecer estático en un mundo cambiante donde las culturas se enriquecen una con otra, en el mejor de los casos o se dominan entre ellas, en el extremo negativo; su postura debe ser dinámica, no hay nada físico constante, los significados y sentidos dentro de una cultura son cambiantes por el proceso de enriquecimiento o eliminación. Lo único constante, no será la cultura, ni la propia educación, será algo más inherente a la naturaleza humana, una acción y un efecto: el aprendizaje.

Bibliografía

Abbagnano, N. y Visalberghi, A. (1964). Historia de la Pedagogía. México: Fondo de Cultura Económica.

Nicol, E. (1989). Sócrates: que la hombría se aprende. En A. Aguirre (Comp.), Eduardo Nicol. Las ideas y los días: Artículos e inéditos (1939-1989) (453-459). México: Afínita Editorial.

Ong, W. J. (1987). Oralidad y escritura: Tecnologías de la palabra. México: Fondo de Cultura Económica.

Trabajo Agotador

Por Vanessa Puga

El tema es cansancio. Muchos pensaron en poner “Estoy demasiado cansado para escribir acerca del cansancio”. Cosas que nos cansan hay miles: la escuela, el estudio, la vida agitada de la ciudad, trabajar. Infinidad de trabajos. Aunque a veces creo que no nos damos cuenta de muchas cosas, por ejemplo, de que a nosotros, con computadora e Internet no nos va tan mal. No nos cansamos tanto como otros con trabajos más rudos.

Empero, ¿quieren conocer un trabajo cansado? Ser madre. No que ser padre no sea cansado, pero ser madre es extenuante. Curiosamente, de menos en mi experiencia, las gratificaciones son enormes, así que la mitad del tiempo el cansancio no se siente.

Hay que tomar en cuenta que ser madre (o padre) no es sólo dar vida: es educar, criar, formar. Se dice que hay dos tipos de educación: la natural y la artificial. Y la más crítica de las dos es la natural, pues es la primera a la que nos enfrentamos: la educación en casa. La artificial, la de la escuela, ya está más sistematizada, pero de nada sirve si el niño no viene con un marco referencial, valores, límites establecidos dentro de la educación natural.

Y esto no es un trabajo fácil. Un hijo es demandante pues es un ser totalmente dependiente y, encima de todo, es una esponjita ávida de estímulos. Aguas con andar diciendo “Demonios” o “Maldita sea” a diestra y siniestra, a menos de que quieran que un bello kindergardeano lo repita como si tal cosa. Enseñarles que hay una razón para todo es bueno… hasta que uno se cansa de contestar el “¿por qué?” por enésima ocasión y dice “Porque lo digo yo”  ya que el pequeño puede responder felizmente “Esa no es una razón”. A ver, díganle que no. ¡Ja! ¡Touchè!

A eso hay que agregarle cosas como las enfermedades. ¿Se imaginan lo que es pasar una o dos noches en vela cuidando a un niño con insomnio porque tiene varicela y la comezón no lo deja dormir? Estar cambiando compresas frías toda la noche para tratar de darle un poco de paz y sosiego a un pequeño que no entiende por qué su rostro está lleno de pústulas y lloró en la tarde porque al verse en el espejo del baño pensó que nadie lo iba a querer otra vez pues se veía medio monstruoso con tantas ronchas pustulosas e infectadas.

Ser madre cansa de tanto partirte el corazón. Aunque por un hijo uno lo pega y repega cada vez que es necesario. Uno se cansa de ver triste a su hijo, de no poder darle todo lo que quisiera. Peor aún cuando, con su candidez infantil, dice cosas como “Yo sí te amo, mami, y por eso no quiero que estés triste”.

Cansa tener que estar en un trabajo, lejos de los hijos, de su crianza, perderse los primeros pasos, las primeras palabras y los primeros logros porque se necesita el dinero para sacarlos adelante… aunque se sabe en el fondo que lo que necesitan en verdad es amor y cariño.

Cansa mantener todo en orden: la casa ordenada (“¡que guardes los juguetes de una vez!”), los platos limpios (“déjalo en el fregadero”), la ropa lavada (“echa eso en la ropa sucia”), ganar un sueldo y encima de todo hacer a un pequeño feliz.

Cansa el escuchar la voz incesante del pequeño que apenas descubrió el poder de las palabras y las repite como loro. Cansa que todo el tiempo quiera ver la televisión y que ceda tan fácil ante las tácticas de la mercadotecnia.

Pero… ¡oh, sí, hay un gran y valioso pero! Todo se olvida en el momento en que llega con una sonrisa tierna y pícara, a hundir el rostro en el regazo mientras uno está frente a la computadora tratando de escribir un ensayo para llegar a la fecha límite de entrega y publicar en la revista… y, con el rostro hundido y los bracitos apretando las piernas fuertemente, sale un sincero “Te amo, mami” y todo el cansancio se viene abajo y la vida vale oro.

La educación, la Web y el efecto placebo

 

Un acercamiento metodológico


Por José Daniel Guerrero Gálvez (Oquitzin Azcatl)

Las tecnologías de información y comunicación a través de los diversos servicios en Internet son una herramienta formidable que ha revolucionado al mundo en sus relaciones y sus expectativas. Son, hasta este momento, tan extraordinarias que son difíciles de creer. Su lado más positivo es la forma, que nos ofrece de investigar, estudiar y aprender sobre nuestro mundo, única en la historia

Pero, naturalmente,  no todo es positivo en torno a estas tecnologías, tienen su lado oscuro, y hay que mantenerse alertas. El investigador  cuidadoso debe buscar dentro de los fenómenos sociales la posible o probable existencia de una problemática, siempre desde su área de conocimiento competente.

La investigación, desde su fase inicial, es buscar un problema  a solucionar o una pregunta a responder y de ahí, determinar sus alcances, ámbitos y relaciones. La búsqueda es, para la mayoría de las personas, la parte difícil pues en ocasiones no se tiene claro lo que se busca, y más cuando el tema es un campo sin explorar y hay poca literatura (hablando desde el ámbito de la investigación), referente a éste.

Esto sucedió cuando, desde la redacción de Kya! avisan que el tema para el número 19 de la revista es placebos. Fue sorpresivo pues, innegablemente, el término es de origen médico y la pregunta que me surgió fue cómo relacionar este concepto con el área de estudio que me compete; es decir, cómo abordarlo desde una perspectiva tecnológica y educativa.

Estimado lector, lo invito a este recorrido indagando las relaciones y posibles problemáticas surgidas alrededor de los conceptos del efecto placebo, las tecnologías basadas en Web y la educación, advirtiendo de antemano que después de leer este texto invariablemente habrá más preguntas y eso requerirá de una fase posterior: la delimitación del problema y una serie de recursos que le interesarán para su lectura y posible estudio. Las posibilidades de la investigación son vastas para los espíritus inquietos.

El primer paso es investigar el significado de “placebo”; para ello, se realizan dos consultas iniciales de referencia: una a través de Wikipedia la cual define de manera mínima el término, ya que es un artículo que aún se encuentra en edición [1]. La segunda consulta se realiza utilizando el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE)[2]. Por confiabilidad, esta última es la más adecuada para la fundamentación de la investigación:

“Sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto curativo en el enfermo, si éste la recibe convencido de que esa sustancia posee realmente tal acción” (DRAE, 2001).

Se hace una anotación adicional de la entrada del diccionario, la etimología de la palabra: “Del lat. placebo, 1.ª pers. del sing. del fut. imperf. de indic. de placēre” (DRAE, 2001). Se subraya la palabra placēre, placer en español.

Se hace una nueva consulta a la entrada en Wikipedia, porque a pesar de que el artículo en español no está aún completo,  hace referencia a dos conceptos relacionados: a) el efecto placebo y; b) el efecto nocebo.

Se deja el artículo en español y se consulta la versión en inglés referente al término placebo encontrando algo más consistente, pues contiene 176 referencias bibliográficas.[3] La lectura del artículo confirma los dos términos que  la versión en español menciona:  el efecto placebo y el efecto nocebo.

El artículo está contextualizado en la medicina pero en uno de sus apartados titulado “Mechanish of the effect” se encuentran aspectos relacionados con la educación, en cuanto la expectativa y al condicionamiento clásico. Conceptos que se relacionan con las teorías del aprendizaje en los trabajos de Iván Pávlov (1849-1936), John Watson (1878-1958)y B. F. Skinner (1904-1990) los principales pensadores conductistas, que explican el condicionamiento en la educación. El último autor (Skinner) llama la atención pues en el periodo de sus investigaciones, la electrónica se encuentra en el desarrollo innovador de las computadoras y en un artículo escrito en 1958 hace referencia al uso de máquinas para enseñar. [4]

Al considerar la relación que señala Skinner entre tecnología y  teoría del aprendizaje no se puede evitar pensar en una concepción pedagógica, relacionada con la máquina para enseñar, denominada tecnología educativa o tecnología en educación, cuyos inicios se relacionan estrechamente con los medios de comunicación masivos: televisión y radio.

Desde esta perspectiva, Giovanni Sartori es un punto referente en  la discusión sobre estos medios de comunicación,  particularmente en su obra Homo videns.

Ahora bien, la tecnología en educación no se limita al uso de  la televisión y radio, sino se extiende  a lo que se ha llamado tecnologías de información y comunicación. Estas tecnologías incluyen desde hace tiempo a los  sistemas informáticos; es decir a las computadoras.

Los investigadores que han abordado este tema son varios, entre ellos se encuentran Manuel Castells, Pekka Himanen, Juan Carlos Tedesco, Richard Stallman y Roman Gubern.[5]

Es hora de detener la búsqueda, que podría extenderse aún más. Hasta este momento es necesario hacer una recapitulación de lo que se ha obtenido de fuentes de información. Es importante no perder el punto inicial de nuestra investigación. El objetivo es encontrar una posible relación entre el efecto placebo, la Web y la educación.
Hasta  ahora  lo que se ha realizado es localizar a los autores que permitirán encontrar esta relación. De estos autores se desprenden las siguientes obras y artículos:

La información de trece libros servirá de inicio para delimitar el tema, pero falta algo importante: las preguntas que servirán como directrices en la búsqueda de información dentro de la lectura de los documentos seleccionados, que no serán exclusivos, algunos se desecharán y otros más se integrarán. Las posibles preguntas:

  1. ¿Existe el efecto placebo al utilizar tecnologías en educación?
  2. Si es afirmativo lo anterior, ¿cuáles son las condiciones en que se presenta?
  3. ¿Qué tipo de educación se obtiene al utilizar el efecto placebo junto con la tecnología? ¿Qué consecuencias y contradicciones genera?
  4. ¿Los aspectos culturales fomentan el efecto placebo al utilizar tecnologías? ¿Qué ocurre si es en ambientes educativos?
  5. ¿El uso de la computadora produce un efecto placebo?
  6. ¿Podría existir el efecto placebo utilizando esta tecnología en ámbitos educativos? ¿Qué tan positivo es? ¿Es ético?

Esto no termina aquí, la lectura y el estudio de los libros y documentos seleccionados siguiendo las preguntas anteriormente formuladas permitirá aprender más sobre el tema, sus relaciones y la formulación de más preguntas. En una investigación formal, el siguiente paso es la delimitación del tema; en una investigación informal a la que cualquier persona puede tener acceso, el siguiente paso es  la adquisición de cultura.

Notas

[1] V. http://es.wikipedia.org/wiki/Sustancia_placebo
[2] V. http://www.rae.es
[3] V. http://en.wikipedia.org/wiki/Placebo
[4] V. http://www.bfskinner.macwebsitebuilder.com/f/teaching_machines.pdf
[5] Determinar a los autores para una investigación está basada en la propia lectura individual de libros que pueden encontrarse por diversos medios dos de ellos son los servicios de búsqueda, uno es Google Académico que permite hacer búsquedas especializadas sobre libros y revistas y; el otro es Google Libros que también es un motor de búsqueda mostrando el contenido de libros y revistas; siempre y cuando los permisos para hacerlo, existan.

Bibliografía