Vencidos por el Cansancio


Por Orquídea Fong

Creo que no hay nada que resulte más desesperanzador que seguir de cerca las evoluciones del patético circo que es la política mexicana. Mientras más se acerca uno, más se informa, menos optimismo se siente, más se cierra el horizonte. Yo, al menos, estoy cansada de que la historia se repita, que las mañas se perpetúen y que sólo cambien los actores.
Como muestra de cómo está el escenario, les relato una serie de andanzas de las que fui testigo directo en torno a un escandalito que se generó en la Ciudad de México.

Antecedentes
En semanas pasadas, la diputada local Edith Ruiz Mendicuti, presidenta de la Comisión de Cultura, realizó actos públicos y declaraciones que la exhibieron  como absolutamente inculta e incapaz de desempeñar su labor.
Hace tres semanas, América Pacheco publicó una carta hablando de las incompetencias de Mendicuti y le exigió respuestas a varias preguntas que hacía en su texto, publicado en la sección “Plumaje”, del blog Animal Político. Las respuestas de Mendicuti fueron soberbias e insuficientes. El asunto tomó más impulso y varios periodistas hablaron del tema en sus columnas.
El 18 de junio se creó el grupo de Facebook “A que juntamos 1 millón de firmas para que renuncie Mendicuti”, que actualmente tiene mil integrantes. El 20 de junio se pensó en redactar una carta con la exigencia “Justificación o Renuncia” y se hizo y se solicitaron firmas vía internet. Alguien, no recuerdo quien, propuso que se creara el hashtag de twittter #FueraMendicuti y se divulgara. La iniciativa tomó vuelo y el tema tomó relevancia en las redes sociales.

Los efectos inmediatos


A los dos días más o menos de iniciada la actividad en el grupo “1 Millón de Firmas”, empezaron a pasar cosas interesantes y que nos dejan en claro que esta iniciativa molestó, y molestó mucho.
Lo primero que pasó fue que la cuenta de twitter de Mendicuti publicó que: “Pronto se sabrán cosas que los medios dirán nunca” y que traducimos como “Pronto se sabrán cosas que los medios no dirán nunca”.  No sabemos aún a que se refiere, pero llamó la atención. Y de ahí siguieron diversos eventos. Claro, Mendicuti dijo muchas más cosas, pero solo mencionaré esto.
Después de eso, desde diversas cuentas en twitter de usuarios desconocidos, se cuestionó a algunos actores de la iniciativa como Luis Muñoz Oliveira y América Pacheco, se lanzaron insultos y descalificaciones y se les saturó con links a notas políticas que en esencia, tenían el común denominador de exhibir, criticar o denostar a la diputada perredista Alejandra Barrales, presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y, se dice, aspirante a ser jefa de gobierno del DF para el siguiente sexenio. Eso nos llamó la atención.

Cuenta @baulroto y amenazas

El hecho más grave, para nosotros, quienes hemos estado participando en debates dentro del grupo de facebook y retuiteando el tema #FueraMendicuti, fue cuando, desde la cuenta de twitter @baulroto (creada la semana pasada) se subió a twittpic una foto de América Pacheco con su hijo pequeño.
No sabemos de dónde tomó esta persona la foto, pero la subió a SU cuenta con un comentario dirigido a América: “Tienes un hijo bonito, ¿Cómo serán los hijos de @edith_mendicuti?” Sobra decir que América y todos sus amigos vimos en dicho comentario una velada amenaza a la integridad del hijo de ella. Si no es una amenaza, entonces es una burla cruel, y como sea, es inadecuado y califica como acoso.
El miércoles 29 de junio, América Pacheco publicó una denuncia en el blog Animal Político y en el periódico Milenio.

Otros momentos de acoso


Desde varias cuentas de twitter y facebook, usuarios desconocidos han estado bombardeando esta sencilla iniciativa ciudadana que no tiene otro objeto que hacerle ver a los diputados que son nuestros servidores y no monarcas con derecho absoluto.
Desde la cuenta Machomexicano1, por ejemplo, se le dijo a Luis Muñoz Oliveira que lo único que buscaba era ganar “hueso” y la propia Mendicutti lo acusó de estar recibiendo línea, aunque no dijo de quién.
En el grupo de Facebook, la noche del 28 de junio, un grupo de 50 o 60 personas se integraron repentinamente, en un lapso de 5 minutos y se dedicaron a postear graves insultos en contra de Mendicuti. Es un truco muy viejo: ellos ofenden como si fueran parte del grupo, para que existan elementos para acusar de difamación o calumnia.

Cansancio


Desde que tengo uso de razón, vengo oyendo sobre la existencia de la corrupción y he visto pasar no sé cuantas campañas para desterrar la corrupción de la política, he oído a los políticos llenarse la boca de palabras como “pueblo”, “bienestar social”, “lucha contra la pobreza”, “mejor calidad de vida”, y más, mucho más.
La política mexicana—creo que la de cualquier país, de hecho—es un medio muy particular, muy peculiar. No cualquiera destaca, pero sobre todo, no cualquiera soporta. Yo lo veo como estar sumergido permanentemente en un canal de aguas negras. Todo es engaño, turbiedad, hipocresía, dobles o triples sentidos, palabras dulces y acciones crueles. No es de sorprender que el ciudadano promedio no quiera enterarse de lo que hacen sus gobernantes.
Es que cuando uno pone atención a cada acción del presidente, secretario de Estado, diputados o senadores se da cuenta de su manejo chueco, de su actuación fallida, de su cinismo y desvergüenza al tiempo que queda la clara impresión de que muy poco se puede hacer. De ahí que se prefiera mejor evadirse.
Es un error, lo sé, pero es una reacción de lo más natural. Los políticos cuentan con que la gente seguirá la humana tendencia a divertirse y pasársela bien. Con que una persona prefiere mil veces el fútbol a presenciar una árida sesión parlamentaria a través del Canal del Congreso.
Y cuentan también con que, si de repente surge un grupo de locos que alcen la voz, existen medios de hacerlos callar: el desprestigio, el troleo o el porrismo, la compra de voluntades y en casos muy señalados, la desaparición o el asesinato.
Sin embargo, hay un espacio limitado de acción que puede conseguir mucho peso: los medios de comunicación.
Los políticos, vanidosos en su mayoría, ávidos de aplauso y aceptación, son extremadamente sensibles a lo que los medios digan de ellos. De ahí que en estos tiempos de foros cibernéticos, blogs y redes sociales el poder del ciudadano, sentado en su escritorio, protegido tras el anonimato, pueda crecer, si se tiene la perseverancia y la inteligencia.
Usemos nuestro poder. Que no nos venzan por cansancio.

Un comentario en “Vencidos por el Cansancio

  1. Pingback: Índice #28: Cansancio « Kya!

Deja un comentario