Salsa y los salones de baile en México

Por Alicia Kubli

                                                                      “Danzar es sentir, sentir es sufrir, sufrir es amar, usted ama, sufre, siente, ¡Usted danza!”

Salsa

La salsa en México es una tradición desde hace muchos años. La rumba y el son siempre han atraído a muchos bailadores y músicos. La salsa es un género musical resultante de una síntesis de influencias musicales cubanas con otros elementos de música caribeña, de Puerto rico, Colombia, Venezuela y del jazz, en especial el afrocubano. La salsa fue desarrollada por músicos de origen latino, en el Caribe hispano y su desarrollo como tal fue en la ciudad de NY creando una fusión  con el latin jazz, merengue y cumbia.

Durante los años treinta, cuarenta y cincuenta, la música afrocubana era consumida ampliamente por los sectores “latino” en la ciudad de Nueva York. La palabra salsa comenzó a usarse en las calles de NY para designar la música hecha por los “latinos”, México no se queda atrás en su fenómeno de mimetismo en la música.  La salsa se expande a fines de los años setentas y nuevos instrumentos, métodos y formas musicales son adaptados. Nuevos estilos aparecen partiendo de la salsa brava, una salsa más romántica y timba, siendo parte importante de la escena musical en México, Colombia, Venezuela, Panamá, etc. A la llegada del siglo XXI, la salsa se ha convertido en una de las formas musicales más importantes en el mundo.

Y qué mejor que los tradicionales bailes de salón para reafirmar ello. En la ciudad de México desde el Sociales Romo,  Salón Caribe, La Maraca, Salón Candela, Salón Hidalgo, Gran salón de Tlatelolco, Congo, La nueva Cuba, Tropicana, hasta el famoso Mama Rumba. En todos estos salones mexicanos, suenan intérpretes de todas partes del mundo como el famoso cantante de los cantantes, Héctor Lavoe, Willi Colón, Rubén Blades, Oscar de León, Frankie Ruiz, Celia cruz, Tito Puente, Eddi Santiago, entre otras orquestas que hacen bailar todos los días a gente de todas las edades y clases sociales, siendo la salsa un ritmo no sólo con sabor, alegría y fuerza de vida para atraer a muchos, sino para unir distintas culturas.

Orquestas en vivo con trayectoria que invitan a bailar obligatoriamente al espíritu fiestero del mexicano, desde Maelo Ruíz, Gilberto Santa Rosa, Luis Enrique, hasta la Orquesta La Típica, Con Clase y Chemanei. Y no se diga, la tradicional salsa de cabaret de los 80’s y actualmente se conserva tocando Orquestas como La Revelación y Controversia en salones como Gran Marquéz, San Luis, San Francisco, Barba Azul, etc.

Un día de baile en el salón Romo…

salon romo

Un día llegando al salón Sociales Romo, ubicado a dos cuadras del metro San Cosme, me llevé la sorpresa de ver que la mayoría de los buenos bailadores era gente adulta, alcoholizada  que verdaderamente se veía fascinada. Nada parecido a lo que conocemos a salones más populares de salsa. Me hallaba en un auténtico salón de baile. El cover está alrededor de $70, accesible para las familias mexicanas, al igual que la bebida. La mayoría del chorum tomaba cerveza.  El salón es amplio con muchas mesas, a mi parecer excesivo, que por irrelevante que parezca, es típico de los salones de bailes de los años 70’s. Pude observar a los bailadores con el típico vestuario de la salsa en línea, haciendo de la pista un juego de colores.  “¡Esto sí es salsa brava!”, me decían. Entre cada intermedio de orquestas, los músicos preparándose para dar el show que la gente tanto espera y paga por ello. Me quedaba anonadada de lo  impresionante que es la cultura mexicana. A pesar de la crisis económica y social en la que podemos estar pasando como país, vemos cómo pero  encontramos el dinero y el tiempo para cada fin de semana estar en esta  “gozadera” sin falla alguna, por económica que ésta sea. Y todo por la pasión que conlleva este ritmo latino. Buscamos  pasar un buen momento con la pareja o amigos; y simplemente,  para olvidar las penas, qué mejor que rumbeando. “No hay que llorar, que la vida es un carnaval y las penas se van cantando”, Celia Cruz.

Y es que la salsa es definitivamente ese picosito que no puede faltar en la mesa y cuerpo de todo mexicano.  Pues “Se baila porque se ama, porque se trabaja, porque el cuerpo necesita deshacer  el esfuerzo de la inmovilidad. Al brotar más impunemente, en su manera más pura, nuestra propia naturaleza de cada clase social, de cada pueblo”.

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